Matemático de renombre mundial, teórico del aprendizaje, visionario de la aplicación de tecnología en la educación, fue miembro fundador del Laboratorio de Medios del MIT (Massachussets Institute Technology) (Artículo completo publicado en el news del MIT)
EL CAMINO DE SEYMOUR
De las pocas, pero emotivas respuestas que recibí al comunicar la noticia que me enviara Daniel Ajoy, comparto la del Ing. Eduardo de Forteza, actual Director General del Colegio donde trabajo hace 39 años y donde fui testigo, primero de la introducción del Logo en la vida de la escuela en 1981 y activo docente a partir de 1984. Decían simplemente: Un grande, nos marcó un camino. Una simple oración que describe lo que Papert significó para muchos en esa época iniciática del Logo, en esos momentos fundacionales de una «escuela». Trataré de describir cuál fue el camino que nos marcó y como se prolonga hasta nuestros días. Fue siempre un camino rodeado de dificultades e incomprensión. Allá por 1985 se difundió una conferencia de Seymour titulada «La crítica computacional vs. el pensamiento tecnocéntrico», en la que polemizaba y respondía a un artículo de una revista donde se criticaba al Logo por «no entregar lo que había prometido» y se tildaba de «mesianismo» el camino que el gran matemático había señalado y empezado a construir.
A raíz de esas críticas, le pedí a una excelente colega, la profesora Lía Rodríguez Romero, que dibujara una caricatura que comparto con Uds. donde se establece un paralelo entre Papert y Moisés señalando el «camino» a una tierra prometida. Como algunos sabrán (al menos por la telenovela de actualidad) ese camino fue de grandes obstáculos y desafíos.
Papert abriendo el camino a la escuela «prometida»
(Dibujo de la Prof. Lía Rodríguez Romero)
EL DÍA QUE CONOCÍ A SEYMOUR
A pesar de que se convirtió para mí en un ícono viviente, ví personalmente al Dr. Papert, sólo una vez. Fue en 1989, en el IV CONGRESO INTERNACIONAL LOGO en Santiago de Chile. Los 80 fue la décado dorada del LOGO y en Latinoamérica, tuvo impacto fue muy grande y extendido.
En 1983 se realizó en Primer Congreso en Buenos Aires, muy especial para mí, pues se realizó en el Colegio Bayard.
En 1985 fue en Montevideo. En 1987 en Porto Alegre y en 1989 en Santiago de Chile.
Creo que fue el último de este tipo. Los 90 en cambio, fueron la década de los Congresos de Informática, donde el Logo tenía una participación y un lugar dentro de un universo de aplicaciones.
Papert asistió a los dos últimos y fue en Santiago donde lo vi personalmente (aunque no hubo un contacto directo), por primera y última vez.
Tengo recuerdos muy vívidos de ese evento. Por empezar el viaje en avión, y el impactante cruce de la Cordillera me tuvieron a maltraer por los nervios propios de un taurino muy aferrado a la tierra.
Ese año fue un tiempo de agitación económica social, ya que se sentía el efecto de la inflación y el gobierno de Alfonsín tambaleaba.
Santiago de Chile me impactó muy positivamente, sobre todo por esa imponente cercanía con la cordillera. Chile no se había librado aun de Pinochet y el Congreso se realizó en las instalaciones del Poder Legistlativo.
Presenté entonces, representando al colegio Bayard, nuestra breve pero peculiar experiencia en Robótica Educativa iniciada en 1988 y Papert tuvo a su cargo la conferencia de clausura, el 29 de marzo. Es interesante ver ahora la cantidad y diversidad de trabajos presentados, cuyos títulos pueden leer el link de abajo:
PROGRAMA COMPLETO DEL CONGRESO CHILE 1989
FILOSOFÍA O MODA
No tengo la copia de la conferencia de Seymour pero recuerdo una de las preguntas posteriores, realizada por una representante de Venezuela. Y la recuerdo pues a mi regreso escribí un artículo sobre la misma para la revista de la Asociación Amigos de Logo. (Artículo completo de 1989: EL VECTOR LOGO I)
– ¿Profesor Papert, muchas de las ideas que usted ha expresado sobre Logo y la educación, no son nuevas. Ya estaban implícitas en la mayéutica socrática. Le pregunto entonces, si en definitiva Logo es una filosofía o una moda?.
La voz de la representante venezolana sonó cortante y acusadora en la amplia sala de conferencia del IV Congreso Logo de Santiago de Chile.
«AMBAS COSAS» – replicó salomónicamente Papert – «Es una filosofía que se entronca con las ideas de los grandes filósofos de la antiguedad, y se continúa con otros grandes pensadores y educadores, Rousseau, Russell, Piaget. Pero también es una «moda», es la forma que es esa filosofía toma hoy, en este contexto de la computación educativa.»
LA TECNOLOGÍA NO ES NEUTRA
El humanismo que ancarnó Papert y sus «alter ego», como el Ing. Horacio C Reggini en Argentina, tomaba forma de charlas filosóficas o sobre la cultura misma que se quería moldear. Curiosamente hace unos días, cuando esbozaba este artículo, salió publicado en La Nación un artículo con el sugestivo título: Estudiar filosofía hace que los chicos sean mejores en matemática. No sería una sorpresa para Papert. Pero lo que quiero remarcar es que lo que aprendí de Seymour y su escuela, es que la tecnología no es neutra respecto a un sistema de valores, de un modelo de sociedad, y por ende de un modelo de escuela, de una pedagogía y de una didáctica. En el marco de valores que transmite Papert lo esencial es el sujeto que aprende, no el maestro que enseña. Es el descubrimiento y no la transmisión. Es la construcción que cada individuo realiza de su conocimiento y no la instrucción que recibe del conocimiento exógeno. De ahí su relación con la mayéutica socrática. Papert lo plantea como un conflicto entre 2 modalidades educativas: Instruccionismo vs. Construccionismo. Mejor escuchemos de su boca como define el conflicto, como define el estado del sistema educativo y qué papel le asigna a la tecnología en cierne.
NADA NUEVO HAY BAJO EL SOL
Otro aspecto importante del camino que Papert nos marcó, es que hay invariantes, los dilemas nuevos son muy parecidos a los viejos. La tecnología al no ser neutra puede afianzar lo viejo, lo tradicional e ineficiente cambiando aspectos formales o alentar los cambios de fondo proveyendo materiales para ese cambio.
Hoy hay una obsesión con las TIC en educación. Una de las dificultades que tenemos es definir las TICS, porque engloba tantas cosas que termina siendo indefinible. Aunque para mí la mejor definición que le cabe es la que proviene del sentido literal de la palabra: Movimiento compulsivo, repetitivo, independiente de la voluntad, generalmente desagradable y sin una función virtuosa.
No es algo novedoso, en 1980 cuando surge el LOGO, ya existía una «early TIC», que se llamaba IAC (Instrucción Asistida por Computadoras). Podría extenderme sobre el signficado «informático» de la IAC, el software necesario, su evolución multimedia y su posible futuro como SO al estilo de la película HER, instalado en un dispositivo móvil, hablándole al alumno en forma y tiempo personalizados sobre el tema elegido, con hologramas 3d ilustrando la lección. Luego le haría preguntas para evaluarlo o le propondría tarea, y el alumno hasta podría elegir el tipo de evaluación, los contenidos mínimos y por qué no, hasta la nota que merecería. Pero, aún los avances más espectaculares no cambiarían el hecho de que es un proceso de instrucción, diseñado esencialmente para comunicar desde un «maestro» a un alumno y reforzando un modelo ya conocido, que llamamos conductismo. Así lo expresaba uno de mis maestros en esa década, el ingeniero Hilario Fernández Long quien junto al Ing. Horacio C Reggini fueron los que impulsaron las ideas de Seymour en Argentina.
PROFECÍAS
La visión de Papert fue muy bien expresada por el Ing. Horacio C. Reggini en su conferencia presentada en el Primer Congreso Internacional Logo realizado en Buenos Aires en 1983.
«Existe la opinión generalizada de que la disponibilidad de nuevos medios tecnológicos produce inmediatamente una mejora automática en la calidad de la educación. Sin embargo ni siquiera el más deslumbrante prodigio técnico puede considerar un proceso en el que adquiere importancia predominante los aspectos personales».
«La falta de criterios definidos y de una filosofía orientadora, sumados a una invasión masiva de las computadoras en todos los órdenes de la vida cotidiana, nos sitúa ante el riesgo de un desperdicio de sus potencialidades educativas y puede, incluso llegar a ser perjudicial.»
Proféticas palabras. Hoy como entonces, la tecnología puede responder a los mandatos de un sistema perimido o ineficiente y hacernos creer que estamos avanzando. Por ejemplo en esta fotografía reciente (publicada en un diario), donde se publicita que éste es un «colegio de avanzada» porque han adquirido 1 Netbook para cada alumno. Muchos verán las netbooks, pero yo lo que veo es la clásica y arcaica «aula colectivo», veo una continuación del conductismo – instruccionismo con otros medios.
Claro que una foto es un tiempo congelado, no nos dice nada sobre el antes y el después, pero leamos un artículo reciente sobre el efecto de la distribución de netbooks en la escuela, en la ciudad de Buenos Aires, donde hay un nivel socio educativo superior: La entrega masiva de computadoras.
No es algo que sorprenda. Las razones son varias:
1 – La distribución de Netbooks respondió más a una razón de mercado que a una razón educativa. La escuela fue transformada en un centro de consumo para una incipiente industria de armado de máquinas y creación de software nacionales.
2 – La tecnología se desactualiza o falla todo el tiempo. El problema de una tecnología masiva está en el mantenimiento no en su adquisición. En los 80 escuelas estatales, como la de mis hijos, montaron centros de computación vendiendo rifas. El problema se les planteó a las cooperadoras después, cuando tuvieron que hacerse cargo de planteles docentes especializados, los insumos y la actualización. Hoy el panorama en lo medular no es muy diferente.
3 – La modalidad aplicada corresponde esencialmente al modelo conductista instruccionista. La instrucción o sea la comunicación de información del maestro hacia el alumno es imprescindible, pero como advertía Papert en los 80:
Quisiera formular un tema teórico referido a “construccionismo vs. instruccionismo”. Esto no sugiere que la instrucción es mala o no sirve. No es mala pero es sobreestimada como el foco para un cambio significativo en la educación.
CONSTRUCCIONISMO
La tecnología no es neutra. Puede ir en ambas direcciones, potenciar al instruccionismo dominante o abrir las puertas al construccionismo. Abrirle la puerta significa que el construccionismo está afuera, en cambio el instruccionismo está dentro, «por default» podríamos decir.
Pero qué es construccionismo. Es por empezar el gran legado de Seymour y el lo define así:
El término “construccionismo”, incluye, pero va más allá de lo que Piaget llamaría “constructivismo”. Esta última palabra expresa la teoría de que el conocimiento lo construye el sujeto que aprende, no lo provee el maestro. La palabra “construccionismo” expresa la idea adicional de que esto sucede especialmente cuando el sujeto se “engancha” en la construcción de algo externo, o en algo que sea compatible… un castillo de arena, una máquina, un programa de computadora, un libro. Esto nos lleva a un modelo que usa un ciclo de internalización de lo que está afuera, luego una externalización de lo que está adentro y vuelve a empezar.
EL TALLER
Volviendo a la idea de que no hay nada nuevo, lo que Papert define es en definitiva una modalidad de trabajo muy antigua y a menudo menoscabada: la metodología de taller. Así la encontramos definida en la Wikipedia: «es una metodología de trabajo en la que se integran la teoría y la práctica. Se caracteriza por la investigación, el aprendizaje por descubrimiento y el trabajo en equipo que, en su aspecto externo, se distingue por el acopio (en forma sistematizada) de material especializado acorde con el tema tratado teniendo como fin la elaboración de un producto tangible. Un taller es también una sesión de entrenamiento o guía de varios días de duración. Se enfatiza en la solución de problemas, capacitación, y requiere la participación de los asistentes.» (Artículo completo: Taller educativo en Wikipedia)
En el mismo lugar, se define la modalidad «curso taller», donde hay un momento de instrucción y luego otro de construcción. Es una descripción bastante exacta de la modalidad que seguimos en mi colegio. Como dice Papert, la instrucción no es mala en sí, pero debe tener un tiempo adecuado a la capacidad de atención y la capacidad de comprensión de los alumnos que debe ser considerada y reconocida por el docente. El tiempo de construcción debe ser preponderante, es difícil cuantificar estos tiempos porque hay muchas variables, pero en promedio debería dedicarse 3/4 del tiempo disponible. La construcción, no implica sólo un hacer, sino una instancia superior del aprendizaje, que como la Wikipedia bien menciona, se relaciona con el actual modelo de «adquisición de competencias».
Viéndolo desde esta perspectiva podemos entender mejor la resistencia al construccionismo (o a LOGO). El taller fue tradicionalmente una actividad manual menospreciada frente a las ciencias y las artes liberales (académicas). Estas últimas eran consideradas en la Edad Media propia de los hombres libres y de inteligencia superior, mientras que las tareas manuales eran propias de los esclavos. Se podrá argumentar que no estamos en la Edad Media y es cierto que el taller tiene ahora otra consideración, aunque por lo general reducido a un objetivo de esparcimiento, no de cognición.
Extraigo de mi experiencia universitaria, otra prueba de esta desconsideración de la metología de taller. En el primer ciclo de ingeniería (los 3 primero años), tuve Algebra, Análisis Matemático, Física y Química, todos los años. Como contracara sólo 1 cuatrimestre de una materia llamada Taller, donde recuerdo haber construido una pequeña morsa.
La escuela media sigue influenciada por el «formato universitario», y es esencialmente enciclopedista, conductista e instruccionista, apenas matizada con algún taller de Arte o Construcciones, y en mi experiencia he visto la reducción y casi la extinción de los espacios de taller (considerados a menudo prescindibles o casi un divertimento).
LA NES: TALLERES A ESCENA
En contrapartida, la Nueva Escuela Secundaria (NES), implementada desde el año pasado en la ciudad de Buenos Aires, rescata (al menos en el discurso) el valor del taller. Así afirma que: Los talleres plantean una forma diferente de la enseñanza y el aprendizaje con relación a las asignaturas y a otros formatos curriculares más comúnmente utilizados en la escuela pues modifican el rol de los docentes, de los estudiantes y del conocimiento así como también las estrategias de enseñanza y el modo de evaluación.
El rol del docente cambia con relación a formatos más tradicionales pues actúa como orientador, facilitador, apoyando a los grupos de trabajo. Algunas de sus funciones son: promover las interacciones grupales, incentivar la reflexión, la meta cognición, proporcionar ayuda en los casos donde la tarea se vea obstruida por dificultades técnicas, de falta de información y por algún conflicto en la dinámica de los grupos de trabajo. Ver documento completo.
Todo esto no puede menos que evocar el camino marcado por Seymour hace 40 años.
«El papel del profesor es crear las condiciones para la invención, en lugar de proporcionar un conocimiento ya hecho».
CAMBIO COPERNICANO
Cabe preguntarse donde quedarán las buenas intenciones de la NES en este punto. Porque como lo dice Seymour y lo afirma ella misma el docente debe cambiar de rol. Ya éso es una dificultad importante. Pero no sólo el docente, también implica un cambio en el espacio de trabajo, la necesidad de materiales, y fundamentalmente también el alumno debe cambiar. Debe hacerse cargo de su parte. El construccionismo no consiente al alumno por tener en cuenta sus habilidades o competencias, sino que le demanda que se haga responsable del proceso de aprendizaje. La instrucción corre por el docente, pero la construcción del conocimiento es tarea de cada alumno. En esto, Seymour fue revolucionario en el contexto que le tocó actuar. Logo fue una herramienta genial, pero sólo un material de construcción devenido de la Inteligencia Artificial y la robótica, apto para poner en acto esta idea en el momento que le tocó actuar.
Las tecnología deslumbra, pero el único camino para la educación es un cambio en el sistema de valores que encarnan los actores, es un cambio cultural no meramente instrumental.
HANSEL Y GRETEL: MIGAJAS EN EL CAMINO
En mi experiencia de casi 30 años en el camino marcado por Seymour, aun a la distancia, aun en caminos insospechados he encontrado migajas de su pensamiento e influencia. En 1994 la Ley de Educación promulgada incluyó en la currícula la Educación Tecnológica, en sus definiciones decía:
Es importante destacar tres características de la tecnología en relación con su enfoque educativo:
– Al operar sobre elementos tangibles, permite la elaboración de conceptos abstractos.
– Algunos aspectos de la tecnología poseen carácter lúdico en su operación, por lo tanto, presentan un fuerte efecto motivador para los niños y las niñas.
– Permite desarrollar competencias que integran el saber con el saber hacer.
Debe tenerse en cuenta, por lo tanto, que la tecnología se aprende mejor operando con ella y no sólo leyendo o recibiendo la descripción de cómo debe hacerse o de cómo otros lo hacen. Es por eso que se destacan el análisis de productos y los proyectos tecnológicos como procedimientos de la tecnología que articulan todos los bloques de contenidos de esta propuesta para los CBC del capítulo de tecnología.
Estas definiciones son totalmente coincidentes con el pensamiento que ya había adelantado Seymour desde el MIT, y el Ing. Horacio C Reggini en Argentina. Son para mí como las migajas ocultas dejadas por Hansel y Gretel para hallar el camino a casa. Las pruebas «ocultas» de la influencia del «construccionismo» a pesar de que por ese entonces la utilización del Logo ya estaba en declinación.
Los resultados de esta inclusión y esta modalidad, más allá del momento de entusiasmo iniciático, fueron a la larga, desalentadores, por las mismas razones por las que ahora podemos esperar un fracaso del impulso de la modalidad de taller recomendada y exaltada por la NES. No sirve agregar un condimento, una actividad valiosa pero circunscripta, si todo lo demás sigue igual. Hoy podemos ver en este sentido, como la inclusión de la robótica educativa en 1° año de la NES ha impulsado la aparición de emprendimientos para satisfacer la demanda: Interfaces, kits de construcciones, software. Pero estas iniciativas parecen proponer una robótica conductista, donde se provee un kit para armar 1 o 2 modelos, un software brainless, y un manual que dice: «Siga las instrucciones».
Una verdadera revolución sería «tallerizar» todas las materias.
GOOD BYE SEYMOUR
La vida activa de Seymour había concluído en 1996 cuando fue arrollado por una moto en Hanoi, donde había ido a dar unas conferencias. El construccionismo perdió entonces no sólo a su creador, sino una de las pocas voces que tenía posibilidad de ser escuchada.
Su desaparición física, no implica entonces un cambio en ese sentido, pero quizás conmueva para repensar y actualizar sus ideas educativas y sociales. Después de todo, la pasión, y la convicción que caracterizaron a Seymour, son fuerzas poderosas, en un mundo donde hay muchas otras fuerzas poderosas actuando. En lo personal su muerte significa el cierre de una época y de una etapa de mi vida. Y ahora puedo decir, cercano mi retiro, que siempre amé sus ideas, que ellas le dieron un marco más amplio que excedía las paredes de mi escuela y un objetivo generoso, un sentido global, rico y humanista. No sé si las amé porque las entendí, o las entendí porque las amé.
El futuro no está escrito, pero quizás la historia sea un procedimiento recursivo y dentro de 10, 20 años, en el futuro Congreso Virtual de Educación Digital y Tecnológica, el Dr. Say More, matemático y experto en Educación Tecnológica e Inteligencia Humana brindará una conferencia, explicando las aplicaciones del «S.O. Lao_Tse» en escuelas virtuales. Una asistente con IP en Venezuela le preguntará:
¿Profesor Say More, muchas de las ideas que usted ha expresado sobre Lao Tse y la educación, no son nuevas. Ya estaban implícitas en la mayéutica socrática. Le pregunto entonces, si en definitiva es una filosofía o una moda?.
«AMBAS COSAS» – replicará salomónicamente Say More. «Es una filosofía que se entronca con las ideas de los grandes filósofos de la antiguedad, y se continúa con otros grandes pensadores y educadores, Rousseau, Russell, Piaget, Seymour Papert. Pero también es una «moda», es la forma que es esa filosofía toma hoy, en este contexto de la educación virtual.»
Será justicia.